Sosoriqui
El análisis por:
Carlos Rochín
Como anillo al dedo o papa caliente les resultó al PRI, al PAN y su alianza, el tema del “narcotráfico” ante la paliza que recibieron el pasado 6 de junio; donde como manotadas de desespero ante la inminente asfixia electoral, de buenas a primeras y como “Poncio Pilatos” sus brillantes mentes se lavan las manos tomándolo de estrategia mediática para justificar su apocalíptico desastre.
Con este relato no se trata de crear una inmaculada percepción, pero tampoco satanizar a nadie en relación al tema del narco tráfico lacerante que de todos es sabido existe en el país, y que; influye en mayor o menor medida en cada elección, circunstancias anti democrática acreditada por los diferentes órdenes de gobierno.
Aunque sea un tema que por las autoridades competentes en la materia a nivel federal (FGR y UIF), y en el estado, el Tribunal Electoral del Estado de Sinaloa (TEESIN) prácticamente le haya dado vuelta a la página como caso ««improcedente»» y su vez cerrado, en virtud de la impugnación presentada por el PRI, bien vale la pena la reflexión como referencia para la posteridad.
Más allá de lo resuelto por los órganos e instituciones garantes de la legalidad y el estado democrático en nuestro país, los sinaloenses —todos— hasta los más pequeños, por no decir hasta los recién nacidos, saben que el PRI como ente político se ha visto muy beneficiado por los poderes “fácticos” para ostentar y mantenerse en el poder por tantas décadas en Sinaloa y en México, postura post electoral que para la ocasión, los deja muy, pero muy mal parados.
No se trata de señalar de forma in constructiva a los gobiernos del PRI y de Acción Nacional en la entidad, también los ha habido buenos, pero de la época reciente, exceptuando el gobierno del actual gobernador Quirino Ordaz Coppel, el cual sin duda, es uno de los menos relacionados con la cuestión.
Sin embargo, hablar del sexenio anterior, a cargo de Mario López Valdez, que hasta serie en ‘Netflix’ tiene, es en automático espinarse y meterse en serios problemas.
No obstante todo lo anterior, el gobierno que encabezará Rubén Rocha Moya, y pese a ser originario de la también llamada “cuna del narco”, —Badiraguato— se legitima y desmarca desde ahora no solo por el veredicto de todos conocido, sino también por su amplia trayectoria como luchador social, así mismo como maestro e intelectual y su vasto andamiaje político sin macha, incluyendo el haber sido parte de gobiernos priistas sin haber dejado nunca su esencia de doctrina y formación de izquierda.
Sinaloa, las y los sinaloenses saben que la resolución del TEESIN de validar por unanimidad del Pleno la elección para gobernador por falta de pruebas de violencia generalizada como se planteó en el recurso de inconformidad interpuesto por el PRI y sus abogados, ya que esta solo significó en actos violentos apenas el 0.46% de las casillas instaladas (4,986) en el Estado.
Y como la memoria de muchos es corta, la estrategia final bien pudo haber sido desde antes prefabricada como la cereza del pastel.
Recordemos que desde el pasado 21 de abril, el nuevo líder político del mero Badiraguato, Rubén Rocha, fijó postura en entrevista para Carlos Loret y Latinus dejando claro de qué está hecho el Sinaloense donde sin empacho, con una madurez extraordinaria en cuanto a gobiernos y democracias de la urbe, de forma responsable tocó el tema del combate al narco tráfico, desde sus orígenes, causas, consecuencias y del cómo sería su manejo una vez ganada la gubernatura. Posición que muchos quisieron cuestionar y polemizar en su favor. ¿O no?
Asimismo, el también ex rector de la UAS y autor del libro “El Disimulo, así nació el narco”, desde el año 2013, afirma con criterio amplio y altura de miras que la realidad supera en mucho cualquier libro de ficción o narrativa sobre los inicios del espinoso tema, donde señala directamente el nivel de corrupción y todo el engranaje que lo sustenta al vincularse con el narcotráfico.
Hoy, Rubén Rocha trabaja abiertamente en todas las áreas que vendrán a cambiarle el rostro con una transformación profunda al Estado, con temas de alto impacto para los sectores primarios, como: la agricultura, pesca, ganadería y acuacultura. De infraestructura carretera, desarrollo urbano y hospitalario, sin dejar de lado el asunto del reforzamiento de la seguridad y combate a fondo de la corrupción.
¡Qué va! Rocha, asume el firme compromiso de quitarle el estigma de “estado narco” a Sinaloa, un tema imposible para muchos, el de Batequitas, tiene la ruta delineada desde que estuvo en el Senado y anteriormente destacó el origen y las causas en “El Disimulo”.
Démosle tiempo al tiempo.
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