Sosoriqui
El análisis por:
Carlos Rochín
Muy preocupados están en estos momentos quienes antes y después de la elección del pasado 6 de junio de 2021 fantasearon y creyeron que su gran negocio lo harían apoderándose del PRI en Sinaloa, desde luego, todo con el visto bueno del tristemente célebre dirigente nacional Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas.
Lo que es definitivo, es que en el PRI, aún a estas alturas del juego no se dan cuenta que en todo el país y nuestro estado, los tiempos y formas de hacer política han cambiado y lo que representan sus más prominentes actores es lo más endeble y repudiado del otrora poderoso partido.
Las tribus y actores a los que hoy nos referimos están completamente fuera o van de salida, solo que nadie se los ha dicho, todo ello, aunado a que con el cambio radical que dio el sistema político mexicano, donde casi todo lo domina y aplasta con el respaldo del pueblo la nueva izquierda mexicana que encabeza el ejecutivo federal Andrés Manuel López Obrador.
En ese sentido, todavía hace unas horas, trascendió la llegada del “multi-facético” de la función pública y ex secretario de organización del Comité Directivo Estatal del PRI en Sinaloa, José Alberto Salas Beltrán que asume precisamente la misma posición pero en el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), como lo dio a conocer el secretario general del Verde, José Aispuro Calderon.
Este movimiento que no es telúrico, se ve como una raya más al tigre de otro “ex priista” que ve la grandiosa posibilidad en el instituto del tucán para que en el 2024, se dé su reciclaje, se le suba a la palestra y quedar en activo al participar en una filial de Morena.
Asimismo, —en calidad de amenaza o chantaje—, fue vista la salida mediática de otro distinguido miembro del grupo priísta-aguilarista, quien anuncia su próxima dimisión del PRI, es el caso del ex diputado federal, el guamuchilense Gilberto Ojeda Camacho, quien por sus propias palabras informa su baja, con tiro de gracia incluido para el partido ya que se va con otros cerca de cien de sus seguidores para reclutarlos en el Movimiento Ciudadano, el Partido Sinaloense o Morena. Sin ser brujos, la aspiración apunta a Morena.
El popular “Güero Ojeda” da a entender que su influencia política dentro de las huestes tricolor le alcanzan para dar y repartir hasta para llevar, lo que a decir de sus coterráneos, pese a su argumentada visión sobre lo qué pasa en el PRI, es un político que desde hace varios ayeres traicionó la marca.
Y, del nuevo integrante de la bancada del PAN en el Congreso del Estado Feliciano “Chano” Valle Sandoval, ni hablar, su falta de tacto desviste lo que el joven guasavense trae en la cabeza. Es “Chanito” pues, el baluarte más “presumible” de la Cámara, es decir, el único diputado del PRI que llegó por mayoría.
Con esto, no queda ni tantita duda que en estos momentos por las tierras de Sinaloa vuelan pedazos y carcajes del PRI por todos lados, mismos que se pierden en la nada y algunos caen como lozas en las espaldas del ex gobernador Quirino Ordaz, el senador Mario Zamora, “Alito” Moreno, los grupos Atlacomulco e Hidalgo, “los aguilaristas” y los actores que aspiran y respiran muy cerca a la agonía.
Cuenta la leyenda que por muchos años los priistas domesticaron al Nahual, el místico monstruo de mil cabezas, que al igual como en la teoría del “Big Bang” hoy los explota y los hace añicos.
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