Sosoriqui
El análisis por:
Carlos Rochín
Era de esperarse que quienes poco o nada tienen que perder lo arriesgarían todo el día ayer en el segundo y último debate público organizado por el Instituto Estatal Electoral de Sinaloa (IEES), donde el morenista Rubén Rocha, mantuvo a raya a sus adversarios y los exhibió, dejándolos también en el contraste de ideas; literalmente: «en la lona».
Ahora si, pese a quien le pese, y le duela a quien le duela, el abanderado de Morena-PAS, Rubén Rocha en su tercer debate público –contando el del
Periódico El Debate–, está vez su participación no tuvo desperdicio, propuso su plataforma de gobierno, defendió con argumentos a la 4T, y no se quedó con ningún señalamiento. Contraatacó con ráfagas y golpes dobles; aún habiendo sido como en las veces anteriores el más atacado.
De entrada, Rocha, etiquetó hasta con dotes de “pitoniso” a Sergio Torres por decir adivinar lo que pasaría y responderían tanto Zamora como Rocha en el foro.
En contraparte, Mario Zamora de la coalición PRI, PAN y PRD aunque mostró un desempeño sostenido, equilibrado y sobrio en relación con sus muy comunes arrebatos y ocurrencias; craso error cometió al inicio del ejercicio en su primera oportunidad de derecho a réplica y no utilizarla para defenderse del señalamiento hecho por Sergio Torres de MC en alusión directa a lo que representa el gobierno de Quirino Ordaz Coppel.
El cuestionamiento hacia el representante priista fue duro y a la cabeza por parte del abanderado de Movimiento Ciudadano, el que le cuestionó a Zamora: que si, qué opinaba de la construcción de un estadio con valor de 800 millones de pesos entregado a un particular de los más ricos del país, el gasto de más de 1200 millones de pesos en publicidad del actual
gobierno y también de haber comprado el edifico Homex a sobreprecio junto a unos drones que hasta la fecha están inutilizados.
Esto definitivamente dejó muy mal parado a Mario Zamora que calló durante todo el debate y no respondió a dicho cuestionamiento, cuando además le fue asegurado que no lo haría, porque de ahí (del gobierno) le
pagaban su campaña, sus encuestas cuchareadas y su imagen falsa de gente pobre.
El caso de Ricardo Arnulfo Mendoza Meza del PES, sin duda que fue de las participaciones más pobres, en función de que su estrategia principal para sobresalir fue más de señalamientos y golpeteo que de propuestas que estén orientadas a solucionar los problemas que adolece Sinaloa, circunstancia que fue convalidada por el aspirante del PVEM, Ismael Sánchez Sánchez.
Por cierto, que una vez más el candidato del Verde, pese a los señalamientos hechos recientemente hacia el morenista por el dirigente nacional Arturo Escobar, se mostró convencido con las propuestas del también más fuente aspirante al Gobierno del Estado, y dijo estar de acuerdo con su principal eje de gobierno (el ataque a la corrupción), incluso, le sugirió que solo le adicionara el del medio ambiente.
Quien una vez más jamás perdió el nivel y porte como una política con altura de miras, incluido un buen nivel para la
oratoria más no para el debate, fue la candidata de Fuerza por México, Rosa Elena Millán Bueno, tampoco en esta oportunidad logró la trascendencia en el foro como para pensarse que lo ganó.
La valoración, respecto a la actuación de la candidata de Redes Sociales Progresistas (RSP), no fue más allá que en el primer debate, dejando en claro que la aspiración le queda grande, lo mismo que tal vez hubiera pasado con Gloria González del PT, quien por ser sospechosa de covid no pudo participar en esta ocasión.
Hoy, a siete días de que culminen las campañas, y a once de la jornada electoral, el negro al que todos le pegaron en el último
debate público siguió siendo el mismo, el
líder puntero que según las encuesta Polls.mx trae una puntuación en preferencias e intención de voto para Morena-PAS de 54 % contra el 30% del PRI, PAN y PRD, un 4 % del representante de MC, un 2% de la aspirante de FxM y el resto con solo el 1%.
Nuestra apuesta sigue siendo que Rocha pudiera doblarle en votos la ventaja a Zamora.
¿No lo creen así?
Solo les reitero: «después no digan que no les dije».
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