La estocada final: democratizar a la UAS; el otro legado del Dr. Rocha

OPINIÓN SLIDER

Sosoriqui

El análisis político
Por Carlos Rochín

A partir de ahora a nadie le cabe duda que uno de los más grandes legados que el actual gobernador del estado, Dr. Rubén Rocha Moya le dejará a los sinaloenses al concluir su gestión; será la democratización de la Casa Rosalina al reformar su ley orgánica y, con ello, sacar paulatinamente al Partido Sinaloense (PAS), quienes tienen cooptada casi al cien por ciento su estructura principal.

La crisis que ahora vive la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) en su época moderna no tiene precedente, —aunque no sea la primera—ahora se encuentra envuelta en una escandalosa encrucijada donde abundan presuntos actos de corrupción, desvío de recursos y hasta señalamientos de enriquecimiento inexplicable por parte de quienes la dirigen.

“Por ello, es imperativo que quienes tengan algo que aportar a la lucha por liberar a alma mater sinaloense del yugo ‘cuenista’ que comanda Héctor Melesio Cuén Ojeda y que, a partir de 2005 la mantiene secuestrada, que hable ahora o mañana, pero que hablé y se manifieste, ya que el momento es hoy en el marco de lo que hemos denominado el sexenio de la educación en Sinaloa”.

Lo que se ve en este espinoso tema, no se trata de una circunstancia que corresponda exclusivamente al poder ejecutivo como en lo general se ha verificado, solo con incipientes destellos desde el Congreso, derivado de la armonización de la Ley de Educación Superior como lo mandata la Constitución, sino que, se trata de una lucha donde se incluyan todos las voces, todos los poderes, pasando por el legislativo, el ejecutivo y el judicial, así como la suma de la comunidad universitaria en su conjunto y, todos aquellos sectores de la sociedad que por años han demandado su liberación del cuenismo.

Quien empezó con una aportación de calidad el día de ayer, es el diputado morenista Ambrocio Chávez Chávez, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales y Gobernación, que por vez primera alza la voz en tribuna haciéndolo de forma frontal, enérgica y categórica, al retar a debate público a Cuén Ojeda para que lo desmienta de su posicionamiento con respecto al estado crítico que ahora guarda la universidad en relación a la fama de sus autoridades.

Cabe destacar que antes lo habían hecho sus compañeros legisladores Sergio Mario Arredondo Salas de Fiscalización y Ricardo Madrid Pérez presidente de la Mesa Directiva pero desde recintos públicos mediáticos, al igual que en varias ocasiones Feliciano Castro Meléndrez.

Lo anterior, en función de que, es inverosímil y errática la postura del rector Jesús Madueña Molina, de los diputados de la fracción del PAS y otro séquito de “pasistas”, que a leguas se ve que confunden la “gimnasia” con la “magnesia”, al atribuir, pero sobre todo entender, que la autonomía universitaria exhime a la universidad de ser auditada en la parte de sus recursos propios y mucho menos por la ASE.

Amigas y amigos, subráyamos que el momento es aquí y ahora, lo decimos con conocimiento de causa que la lucha no será fácil, pero deberá ser, ya que el cacicazgo construido dentro de UAS, en lo político y mediático de forma sospechosa por Héctor Cuén, es grande y ya contamina por todos lados.

Hoy por hoy, no hay marcha atrás y el actual rector, Dr. Jesús Madueña Molina, junto a su Comité de adquisiciones, incluido -en éste- Héctor Melesio Cuén Díaz, están acorralados en sus propios juegos de poder, mismos que han profesado por casi dos décadas y salían ilesos en regímenes anteriores.

La realidad nos indica que, la Fiscalía los busca por existir varias carpetas de investigación penalizadas en su contra, las cuales deberán aclarar con lujo de detalle ante el juez, y aunque por ahora digan tener la razón, su semblante los delata acorralados como viles roedores que están a punto de ser atrapados o literalmente dicho: a punto de una asfixia o con el agua al cuello.

Si tanto pregonan que, “el que nada debe, nada teme”, que se dejen de justificaciones y trasparenten sus cuentas, a su vez, dejen que la justicia haga su trabajo y cada quien se haga resposable de sus actos.

Aún falta, la estocada final.

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