COLUMNA: SOBRE EL CAMINO
Por.- Benjamín Bojórquez Olea.
Históricamente, de frente y de perfil, el liderazgo ha tenido múltiples formas de manifestarse. Es uno de los atributos básicos de la política y objeto de estudio de la Ciencia Política. El liderazgo de la clase política es indispensable para el buen funcionamiento de todo sistema político. El líder es guía y conductor de una comunidad y tiene un rol social importante.
Han existido distintos tipos de liderazgo como son el religioso, empresarial, militar, social, académico y político, entre otros. Al sustantivo liderazgo se le han agregado diversos adjetivos delimitativos como: heroico, innovador, transformador, transaccional, individual, colectivo, coercitivo, consensual, reactivo, gerencial, de opinión, burocrático y religioso, entre otros.
Sinaloa cuenta con una diversidad política, con la que se acompaña de nuevas generaciones, lo cual, quienes ejercen el liderazgo vinculado con la política, lo hacen de manera revolucionaria, autoritaria, democrática, legislativa y/o partidista, principalmente. En muchos de estos casos suelen ser carismáticos y populistas. Esa es la verdadera función.
Sin embargo, este trabajo se enmarca dentro del ejercicio del poder político y, por lo tanto, se analiza el liderazgo político circunscrito al ámbito partidista y con características de carismático. Se parte de la premisa de que el liderazgo político es detentado por quien reúne las cualidades de conductor, integrador, articulador, conocedor y protector de sus seguidores, quienes creen en el líder, le tienen fe y confianza para regir los destinos de la comunidad. De esa fe popular y de la capacidad política del conductor, nace el líder político, quien cuenta con seguidores y toma decisiones que influyen en ellos y gobiernan su conducta.
Un claro ejemplo, el joven, Cristian Rochín Mercado, funge hoy el cargo de Director Financiero de la secretaría de Educación Pública y Cultura en Sinaloa (SEPYC) donde su labor profesional y relaciones directas en los altos mandos del poder estatal, lo coloca también en una posición envidiable para muchos. Su bajo perfil, sus orígenes humildes y su carta de presentación académica le alcanzan para que en un futuro sea considerado para un cargo más importante o de elección popular. Para ello, tiene que continuar construyendo lo que líneas arriba comentamos.
El líder político actual no tiene características, rasgos o atributos especiales. Posee un grado mayor de habilidades políticas y personales que el resto de los miembros de una sociedad. El liderazgo político obedece más bien a la trayectoria de vida, a los rasgos personales, al entorno político, al proyecto, a la agenda, a contar con seguidores que compartan su propuesta y a la acción política. El líder interpreta el ambiente político que le toca vivir desarrollando una percepción propia que transmite a sus seguidores y de los cuales recibe apoyo. Resultado de sus creencias y de sus ideas, el líder político se moviliza y moviliza a sus seguidores una vez fijada una agenda de actuación política, que es el proceso por el cual el líder decide lo que va a hacer, determinando fundamentalmente las metas y objetivos y con base en ello construir un proyecto político.
GOTITAS DE AGUA:
¿Por qué pulir a Cristian Rochín Mercado? Muy sencillo, este joven líder Guamuchilense siempre ha buscado abrirse el camino profesional a base de tesón, ilusión y mucha esperanza, para que toda su familia en especial sus padres que desde el eterno oriente y hermanos lo consideren un fruto muy especial, además, de sentirse orgullosos de su inicial carrera política, pues es el hermano e hijo más pequeño de la familia Rochín Mercado, por lo tanto, tiene una responsabilidad muy grande de salir adelante.
Su carrera privada iniciada en los diferentes bancos mexicanos de la región del Évora le ha atribuido experiencia laboral, que hoy en día las desarrolla en la vida pública. Ahora se encuentra ante una resonancia magnética de pies a cabeza, donde consideramos que va por buen camino.
Cristian Rochín Mercado sabe perfectamente que, sin seguidores, ya sean ciudadanos en general o miembros de un partido político en particular, no puede haber liderazgo político. El líder requiere de ellos para crear redes de personas con las que pueda contar. El éxito de un líder depende de su habilidad para construir una base de seguidores leales y capaces. Las condiciones y circunstancias vienen después. Por eso el título de mi columna de hoy, “pulir a Cristian Rochín Mercado”. Desde hace muchos años lo conozco, es mi amigo y su madurez hasta el día de hoy me ha sorprendido. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…