Por: Damián Rendón.
Con lo ocurrido hasta ahora en la primera semana de campaña, los hechos le dan la razón a Rubén Rocha y al comité nacional de Morena en la decisión de postular candidaturas comunes con el PAS. La presencia de los militantes del Pas en los eventos masivos que ha tenido Rubén Rocha, hasta ahora, ha superado la expectativa de algunos cuadros morenistas, en casi todos los casos han representado alrededor de la mitad de los asistentes y con una disciplina militar y un entusiasmo impresionante; mientras algunos rijosos (más de Morena que del Pas) juegan rudo contra los suyos peleando un plato en la mesa, el PAS y el equipo morenista de avanzada atizan el horno y preparan el alimento que los rijosos ya se disputan sin agregar ni siquiera sal ni manteca.
Esos cuantos rijosos que apuesta sin mucho esfuerzo a ser levantados por el remanente del tsunami lopezobradorista y por el peso de la marca de la cuarta transformación, persisten en la lógica pragmática de la estrategia foquista o de archipiélagos políticos, dispuestos incluso, a arriesgar el triunfo mayor en aras de mantener sus pequeños feudos. Es falso que les moleste tanto la unidad Morena-Pas, pues sus estrategias chantajistas tipo Halloween fueron mostradas mucho tiempo atrás; sin embargo, encuentran en esta alianza el pretexto ideal para sus actitudes aislacionistas.
Este rechazo de la unidad magnificado mediáticamente generó en el PAS y en Morena la necesidad de demostrar sus fuerzas, obligándolos a diferenciar sus militancias, abriendo una brecha por una competencia pírrica entre ellos; que de no revertir estas actitudes de ambos lados, calará profundo en los sentimientos de la militancia, al extremo de complacer a los Prianistas frustrando el valor estratégico de la unidad Morena-Pas, al hacer de sus militancias polos repelentes entre sí.
Es de esperarse que el Pas busque su sobrevivencia como partido y cuide con celo a su militancia y sus votos, pues la candidatura común no reparte per se los votos obtenidos, sino que cada partido que participa en la candidatura común deberá buscar sus propios votos, además no todas las candidaturas son comunes; por lo que el PAS tendrá que luchar y está luchando para ganar en los espacios de elección popular que comparte con Morena, además de demostrar su valía en este acuerdo de unidad tan denostado; sin embargo, creo, el futuro que se gesta para los cuadros dirigentes del PAS en Morena debe ser suficiente para que arriesguen hacia la mimetización con las brigadas morenistas; el posicionamiento social que se genera configurando un proceso real hacia el cogobierno en Sinaloa debe ser una clara señal de confianza y motivo suficiente para dar el primer paso en la mimetización de sus brigadas con las ariscas brigadas morenistas.
La dirigencia de Morena debe dar un manotazo en la mesa para poner orden a los caudillos aislacionistas; y el Pas debe hacer un esfuerzo en respetar el protagonismo de Morena por el peso de la marca entre la población. Hasta ahora, ha quedado claro que la mejor estructura disciplinada la tiene el Pas, pero no olvidar que la mayoría de los votos potenciales los tiene Morena, y las elecciones se ganan con votos. Ambos partidos deben dejar claro a la población no militante que Morena-Pas es un solo bloque que lucha para instaurar la cuarta transformación en Sinaloa sin pleitos intestinos que pongan en duda el propósito central. Amalgamar estas fortalezas es un asunto estratégico y creo que capacidad y voluntad existe entre ambas estructuras.
Estos problemas de arranque que sufre Morena–Pas no han tenido mayores efectos negativos gracias a que la coalición PRIANRD pasa por problemas más profundos y complejos. Zamora es un candidato antipático por arrogante, no lo puede evitar; la suma de tres partidos enormemente desprestigiados por la corrupción de sus principales cuadros dirigentes no da como resultado ventaja alguna, y lo han obligado, incluso, a ocultar sus siglas para resaltar al candidato; sin embargo, no han encontrado algo fundamentalmente bueno que genere simpatías entre la población. Su máxima propuesta de traer a Sinaloa una financiera internacional que otorgue más crédito, más deuda al gobierno para financiar el desarrollo muestra su limitado sentido de la realidad social que vive el país. Ha sido más astuto Sergio Torres en adoptar el discurso de la cuarta transformación en su plataforma. La gente percibe a Zamora como un candidato postulado por partidos desfondados de base social; ya que importantes cuadros operativos del PAN y de lo que quedaba del PRD están aliados a Morena, mientras que, a su partido insignia, el PRI, lo han desmembrado para nutrir las filas de dos nuevos partidos que ahora le compiten el mismo segmento social.
El PRIANRD carece de propuesta que despierte interés en la población por encima de lo que representa el discurso de la Cuarta Transformación, no encuentran propuestas que la sustituya y les da miedo coincidir o reconocer que el conjunto de propuestas que configuran a la 4T son las más viables y factibles ante una situación de país arrasado, literalmente arrasado por la corrupción que ellos encarnan. Se limitan a ser contestatarios del accionar de la 4T, y hasta se atreven a llamar pueblo al grupo de empresarios que públicamente les ordenaron unirse, que, si siempre era así, hoy olvidaron todas las formas, se mostraron tal cual, personeros de una minoría rapaz que se enriquece con el dinero del estado, con dinero del pueblo. Todos ellos han tenido la oportunidad de rectificar, pero, decidieron quedarse defendiendo sus intereses creados y moralmente indefendibles.
Los candidatos de Morena-Pas tienen con la 4T una plataforma inigualable y sumamente apreciada por la población; es como un tren que todos se atreven a empujar porque saben que todos caben en él cuando agarre viada y su destino es compartido en lo fundamental. La 4T no se limita a los programas sociales que de por si valen la pena en sí mismos, la 4T encierra una esperanza de justicia social con equidad, de empoderamiento popular, de un gobierno honesto y austero al servicio de todos, no de unos cuantos; y avanza aceleradamente en su institucionalización gracias al inquebrantable sentido patriota de Andrés Manuel López Obrador. Y algo muy importante, lo está logrando de manera pacífica, sin matar, desaparecer, desterrar o encarcelar ilegalmente a los adversarios como la oligarquía prianista si lo hizo de manera velada o abierta para despojar al verdadero pueblo de su país.
Por todo ello, y con todos los asegunes sobre Morena-Pas y algunos de sus candidatos, mi apoyo total a Rocha para Gobernador, y voto parejo para que se instaure en Sinaloa la Cuarta Transformación.