Sosoriqui
El análisis por:
Carlos Rochín
Derivado del cese fulminante más no sorpresivo del gabinete estatal del ex secretario de Salud en Sinaloa, Héctor Melesio Cuén Ojeda, se vino la lluvia de opiniones a favor y en contra; pero lo definitivamente irrebatible, es que los sinaloenses perciben en la decisión del gobernador Rubén Rocha: «congruencia con sus valores y principios con los que se ha conducido de siempre».
Aunque quieran hacerlo ver como una casería de brujas o persecución política, se debe aceptar en sano juicio que la dimisión apunta principalmente al desacato del ex secretario a una instrucción del máximo jefe político en Sinaloa, más claro ni el agua; “sobre aviso no hay engaño”.
Otro tema del que no cabe la menor duda, es que a Sinaloa y a todo México nos duele mucho la ejecución artera de tantos periodistas y, muy recientemente la irreparable pérdida del brillante columnista Luis Enrique Ramírez Ramos.
En ese contexto, el ejecutivo estatal Rubén Rocha, giró el Oficio Circular No. 01666/22 con fecha 09 de mayo, subrayando que su administración no armoniza con acciones legales ejercidas en contra de periodistas por lo que, aquellos funcionarios de su administración que se encontraran en dicho supuesto, tenían 48 horas para su desistimiento y, de no hacerlo, serían removidos de su cargo.
Según expedientes oficiales, y también confirmado de viva voz por la titular de la Secretaría de las Mujeres en el estado, María Teresa Guerra Ochoa; señalan que Cuén Ojeda mantiene demanda vigente hacia su persona, así como también en contra Luis Enrique Ramírez, y por convalidarse estaría la interpuesta en contra de la periodista, conductora de televisión y ahora Senadora de la República Lily Tellez.
Cabe señalar que el líder moral del PAS y también ex rector de la UAS en su conferencia de prensa ofrecida ayer para dar su posicionamiento sobre su salida de la administración actual, no aclaró, ni pudo negar la vigencia de la demanda contra Guerra Ochoa, hecho que justificó haberlo puesto en manos del gobernador para dejarlo sin efectos cuando él lo dispusiera.
En contra sentido, se puede afirmar que Cuén Ojeda en los poco más de 6 meses que estuvo al frente de la Secretaría de Salud hizo buen papel, se le vió como persona con perfil para el cargo, enterado, conocedor y de alta resolución, pero también cierto es, que aunque como profesional goza de cierto prestigio, su mala fama política es descomunal.
De esto último dan cuenta los sinaloenses —grandes y chicos— que saben de su imperio constituido como un yugo lacerante en la UAS en contra de quienes no comulgan con su idiosincrasia impositiva y mercenaria que por años ha prevalecido y de donde presuntamente impulsa hasta la fecha al PAS.
Afirmamos que en los 10 años de vida del Partido Sinaloense, aunque al inicio, comportó un importante crecimiento, gradual y hasta inusitado (señalado en reportaje de Lily Téllez), en la otra, implicó un serio estancamiento, que de no ser por la alianza de 2021 con Morena, de seguro estuviera tocando fondo, tal vez con una gran estructura pero sin crecimiento político, ni social.
La destitución de Héctor Melesio Cuén de Salud, también es una señal clara y determinante para todos aquellos funcionarios dentro del gabinete estatal o fuera de el, que quieran hacer lo que les venga en gana, atropellar o simplemente no cumplir la ley, pudieran también ser cesados de forma fulminante.
Recomendamos no olvidar que sigue latente el riesgo de que la Universidad Autónoma de Sinaloa sea objeto de embargo, pues está documentado que no informó al Servicio de Administración Tributaria, sobre el ISR de auditorías realizadas en los años de 2015 y 2016 por un monto de los 2 mil millones de pesos, denominado crédito fiscal, que aunque el rector era Juan Eulogio Guerra Liera, sigue siendo parte del llamado “Cuenato”.
Con el cambio de régimen en Sinaloa algo muy fuerte se viene y, nosotros lo seguiremos demostrando.
Debatimos en: @carlosrochin40
Contacto: carlosrochin69@gmail.com