Moisés Montoya Mondragón: Combatiente en Vietnam, compositor y luchador social

D´REVISTA SLIDER

Luis Omar Montoya Arias

“Escárcega, Campeche, municipio con el privilegio de ser llamado: entrada el mundo maya, necesita una imagen digna. Para ello trabajaremos juntos con el objetivo de que nuestra ciudad tenga el crédito que dignamente merece”.

Moisés Montoya Mondragón

Líder natural

El que tiene por oficio a la escritura sabe que, la parte más metafísica del proceso está en las emociones. El que escribe es un artista, no sólo por la natural implicación estética sino porque edifica sobre un tiempo y un espacio. Escribir significa descubrir, navegar e interpretar los mundos que habitan nuestro interior. La escritura sana al creador y al lector; es una herramienta de liberación colectiva. La palabra es tan poderosamente liberadora. La existencia humana es un viaje espiritual.

Moisés Aristeo Montoya Mondragón [de niño le decían Cheto por Aniceto] fue registrado el 1 de julio de 1947 en Arcelia, Guerrero, México; su madre se llamó Artemia Mondragón Medina, y su padre, Martín Montoya Martínez. Al momento de su nacimiento, la señora Artemia tenía 18 años y Martín 20 años. Los abuelos paternos de Moisés Montoya se llamaron Luis Montoya y Susana Martínez; mientras que los maternos llevaron los nombres de Concepción Mondragón y Juana Medina.

Las mamás de Martín Montoya y de Artemia Mondragón eran primas hermanas, razón por la cual, don Concepción nunca estuvo de acuerdo con la unión. La pareja de Martín y Artemia tuvo tres hijos: Moisés, Juana y Pedro, quien murió en el hospital de Acapulco. La familia formada por Martín Montoya y Artemia Mondragón vivió en la colonia Hogar moderno, cerca de la zona de tolerancia conocida como Río Rita, en Acapulco. Montoya y Mondragón se establecieron en Acapulco por razones familiares: su unión nunca fue bien vista. Cuando Moisés Montoya tenía 10 años, el matrimonio de Martín Montoya y Artemia Mondragón, todavía existía.

La única que estuvo para la familia Montoya-Mondragón fue la abuela Susana, quien cuidó de Moisés y de Juana, durante buena parte de su niñez. A pesar de aparecer un nuevo hermano de Artemia Mondragón, de nombre Urbano o Bulmaro Mondragón Morales, ésta jamás le recriminó a su padre por el adulterio cometido.

Azuzada por su padre Concepción y por su nuevo hermano, Artemia Mondragón abandonó a sus hijos, Moisés y Juana, en Acapulco. Moisés Montoya Mondragón experimentó la herida del abandono, provocado por su madre, Artemia Mondragón.

Moisés Aristeo Montoya Mondragón creció en el rancho del Amacuáhuitl, en Arcelia, Guerrero, lugar donde “no había más diversión que los bailes de domingo por la noche y las bodas de los viernes y sábados”. Fue, precisamente, en uno de estos bailes que Inés Montoya y Susana Martínez se conocieron: ella de 16 y él de 17. Los dos eran apuestos: Susana era alta, morena y espigada, de madre mexicana y padre español. Inés Montoya era hijo de padre y madre española.

La familia formada por Inés Montoya y Susana Martínez vivió en un terreno ubicado a un costado del río Balsas, en las cercanías del rancho El Guayabo. Los Montoya-Martínez eran católicos dogmáticos. Moisés Montoya Mondragón fue muy apegado a su abuelita Susana: ella alimentó su espíritu e imaginación con historias.

Susana Martínez nació en el filo de la sierra de campo morado, lugar donde había una tejedora de manta que abastecía a la región de Tierra Caliente. Los Montoya no eran originarios de Arcelia, llegaron posterior a la Guerra Cristera. Inés Montoya fue reconocido como el patriarca de la familia Montoya en el Amacuáhuitl.

“Me contaba mi abuelita, la mamá de mi papá que en los años de los cristeros robaban comida y violaban mujeres. Esto provocó que la gente nativa se remontara a la sierra. Al terminar esta rebelión religiosa, Arcelia comenzó a poblarse de habitantes provenientes del Estado de México y de Michoacán” sentenció Montoya Mondragón en una libreta de notas que dejó para que se difunda su historia.

La marina estadounidense

En 1965 ingresó a la Marina de los Estados Unidos, en donde permaneció dos años: fue combatiente en Vietnam, aprendió el oficio de tapicero y todo lo relacionado con motores de tierra y mar. Una vez fuera de la Marina de los EE. UU. el nacido en Arcelia radicó en Pasadena, California, en donde trabajó como maestro tapicero.

En 1968 se trasladó al Distrito Federal, en donde laburó en una galería de arte como decorador tapicero. Fue contratado para reparar la totalidad del mobiliario del Palacio de Bellas Artes, justo en la época de las Olimpiadas de 1968. En 1969 se estableció en Iztapalapa como tapicero: montó un taller de dimensiones importantes. Fueron sus clientes los habitantes de la Unidad Independencia, San Angelín, Loreto, Barranca del Muerto, Coyoacán y Tasqueña.

Con 21 años, y radicado en el Distro Federal, el artista Moisés Montoya Mondragón se politizó. En 1968 no sólo ocurrieron las olimpiadas sino también el movimiento estudiantil. Montoya Mondragón participó de marchas y brindó formación política a estudiantes de preparatoria en el norte de la ciudad de los palacios. Es la razón por la que, en una de las páginas que dan vida a sus memorias, afirma que con 55 años [escritas el sábado 6 de febrero del 2010, a las 7 de la tarde-noche] detenta 34 en el medio político. Sí, políticamente, Moisés Montoya Mondragón es hijo del 68.

En 1971 llegó a San Miguel de Allende, Guanajuato, contratado por el arquitecto, Sergio Torres Landa [Juan José Torres Landa se desempeñó como Gobernador de Guanajuato, entre 1961 y 1967]. Su trabajo consistió en reparar muebles Luis XV y Luis XVI, además de acabados franceses. Los Torres Landa son una familia de políticos guanajuatenses que siguen estando presentes en la memoria colectiva.

Moisés Aristeo Montoya Mondragón era un artista, en la profundidad y anchura del concepto. Más que reparador de muebles, era un restaurador, un maestro curador.

Al terminar su labor en San Miguel de Allende, Moisés Montoya Mondragón se trasladó a San Luis de la Paz, Guanajuato, en donde cumplió con la tarea de restaurar muebles capitoneados del virrey tercero que, en su momento, fueran sillones de descanso de Miguel Hidalgo y Costilla. Tres meses después fue trasladado a Guanajuato capital con el propósito de reparar enseres de Miguel Hidalgo y Costilla [incluida su cuna]. En esa misma época viajó a Guadalajara, Jalisco para restaurar el escenario y las cortinas del Teatro Degollado.

También prestó sus servicios artísticos en los museos de León, Guadalajara y Guanajuato. En 1973 diseñó y echó a andar las butacas comerciales que la Zapatería Tres Hermanos de León, sigue utilizando en sucursales que tiene en ciudades del Bajío mexicano como Irapuato, Celaya, Silao y Salamanca.

En 1974 regresó al Distrito Federal [hoy la Ciudad de México], en donde estableció un nuevo taller de tapicería, cerca de la cárcel de mujeres. Se fue a vivir a Escárcega, cuidad chiclera, en 1980. Escárcega, por cierto, guarda similitudes con Irapuato, Guanajuato, en tanto que las dos son ciudades de paso y poseen redes carreteras y ferrocarrileras de importancia: geopolíticamente son insustituibles.

El compositor

En el archivo familiar de los Arias [Irapuato, Guanajuato] se resguarda la letra de una composición de Moisés Montoya Mondragón registrada ante la Secretaría de Educación Pública de México, en febrero de 1974. La melodía se intitula: Te pierdo en la vida. 1974, año en el que regresó al Distrito Federal, marca su inicio como compositor en la Secretaría de Educación Pública y en la Sociedad de Autores y Compositores de México [SACM]. Es en esta coyuntura que conoce al señor Antonio Muñoz Álvarez, fundador de Los Imperiales, y compositor de la famosa canción colombiana, El cigarrillo de Elena. Muñoz fue dueño de Discos MGM, empresa en la que Moisés Montoya Mondragón se desempeñó como promotor musical.

En 1978 llegó a Irapuato, Guanajuato, gracias a su labor musical. En la capital mundial de las fresas conoció a Luis Domingo Arévalo Godínez, intérprete, empresario musical, dueño de una disco-tienda y creador de caravanas. Fue en Irapuato que Montoya se convirtió en representante musical del Dueto Las Alteñitas.

De junio de 1986 a diciembre de 1989, Moisés Montoya vivió en Acapulco, tiempo en el que retomó su oficio de tapicero. Su taller se ubicó en Tuncingo, a 15 minutos de Acapulco, sobre la carretera a Pinotepa. A unos metros se encontraba la embotelladora de refrescos Yoli y la correspondiente a la Coca Cola. Aprovechando la cercanía de estas empresas, Montoya prestó sus servicios como tapicero.

El político

En 1981 se casó con la señora Belén Castro en la ciudad de Escárcega, Campeche.

Establecido en Escárcega, Moisés Montoya Mondragón promovió a la Casa de la Cultura, siendo presidente municipal, Alberto Talanga Pérez. Es en esta coyuntura cultural que el nacido en Arcelia, Guerrero se vinculó, profesionalmente hablando, con el Diario La Tribuna y con Radio Escárcega, en donde conoció a Martín Castillo Valenzuela. Con Castillo condujo un espacio radiofónico de crítica política y acción cultural. Sí, Moisés Montoya Mondragón también fue analista político y locutor de radio. El impacto ciudadano del proyecto referido, fue inmediato. A pocos meses de haber iniciado este derrotero mediático, se unió al mismo la universitaria, Rosa Magaña, quien, además, dictó clases de danza en la comisaría ejidal. Por su parte, el doctor Luis Campos, ofreció clases de karate en el Centro Social Escárcega.

Su desarrollo espiritual y un elevado nivel de conciencia ya eran notorios en Moisés Montoya Mondragón. En 1981 comenzó a denunciar y a exigir más protección y vigilancia con el propósito de evitar los incendios forestales. No es casualidad que en el 2003 haya sido candidato a la Presidencia Municipal de Escárcega y dirigente del Partido Verde en la misma demarcación política del estado de Campeche. Tres de las principales banderas políticas de Moisés Montoya Mondragón fueron la reubicación de los rellenos sanitarios, las recicladoras y la educación ecológica.

Existe una fotografía en el acervo familiar de los Montoya-Castro que demuestra la destacada participación del señor Moisés en la política partidista de Campeche. El 13 de julio de 1996 visitó, junto al licenciado Eusebio Méndez Jiménez -asesor jurídico de la coordinación estatal- a la comisión estatal del PVEM. En aquel momento, Moisés Montoya Mondragón era asesor político del Partido Verde.

En julio del 2000, siendo ya, dirigente municipal del Partido Verde en Campeche, Moisés Montoya Mondragón y su esposa, la señora Belén Castro Heredia se manifestaron y montaron una huelga de hambre, por el fraude electoral sufrido a manos del PRI en las elecciones que tuvieron lugar ese mismo año. Castro Heredia fungió como candidata a la presidencia municipal de Escárcega por el PVEM.

Montoya Mondragón, en su faceta de político de oposición, denunció abusos, señaló los atropellos cometidos por el PRI en Campeche; se enfrentó a los taladores e hizo suya la lucha para acabar con la prostitución infantil en el estado. Moisés Montoya estaba consciente de que la producción de carbón incentiva el agotamiento de los recursos naturales: “ojalá que los campesinos se organicen y sean ellos quienes fijen el precio del producto. En los últimos años unos cuantos lo han controlado: acaparan la producción y la venden a mejores precios. Eso ha marcado la diferencia, pues sólo se enriquecen y los labriegos continúan en la miseria”.

Moisés Montoya Mondragón era enemigo de la corrupción y de los corruptos, por eso abrazó la lucha de Andrés Manuel López Obrador, hoy presidente de México. El trabajo político realizado por Montoya Mondragón fue importante para que el tabasqueño ganara las elecciones en el 2018. En la praxis política, Moisés Montoya fue un hombre de izquierda, circunstancia que casi le cuesta la vida. Torturado por el PRI, Montoya Mondragón vivió semanas de ignominia en la capital de Campeche.

El nacido en Arcelia, Guerrero fue preso político del PRI en el estado de Campeche. Quien lo rescató de la mazmorra en la que el PRI lo mantuvo recluido fue el presidente actual de México, Andrés Manuel López Obrador [AMLO]. De no ser por la intervención de López Obrador es seguro que Moisés Montoya Mondragón hubiera perecido en el interior de la celda. El PRI ha causado mucho dolor.

La figura y la memoria de Moisés Montoya Mondragón debe ser rescatada y proyectada. Es importante para la izquierda mexicana, para el movimiento de la Cuarta Transformación y para su familia. Andrés Manuel López Obrador no llegó solo a la presidencia de la República: fueron muchos los mexicanos que perdieron su vida y que sufrieron vejaciones a manos del tiránico sistema priista. Para que AMLO se sentara en la silla presidencial hubo muchas lágrimas y sufrimiento anónimo. Vamos a ponerle rostro, nombre y apellido a esos luchadores sociales.

Moisés Montoya Mondragón murió a las 3:20 de la mañana del 20 de mayo del 2014 en Campeche. Sus restos descansan en el panteón municipal de Escárcega.

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